Dios te está llamando a pensar y a encontrarte tanto con el mundo como contigo mismo de una manera diferente, sabiendo que Jesús ha vencido verdaderamente al pecado y a la muerte.
Tal vez la afirmación más profunda y sorprendente del cristianismo se centra en el hecho de que Jesús de Nazaret murió en una cruz, fue sellado en una tumba y tres días después, ya no estaba allí.
Reflexión de la Comisionada Irma G. Alarcón de Rangel, Directora Diocesana de la Oficina de Formación de Discipulado y del Instituto de Liderazgo Ministerial