| Marissa Nichols

Enfoque en la Semana Nacional de Concientización Sobre las Vocaciones: Desde Japón a San José a Bolivia - Padre Roberto Rodríguez, Misionero de Maryknoll

Para el Padre Roberto Rodríguez, Misionero de Maryknoll, cada destino —ya sea Japón, California o Sudamérica— forma parte de un camino que se desarrolla en comunión y gratitud entre la gran diversidad de culturas que se encuentran dentro del Cuerpo de Cristo.

El Padre Roberto sirvió como sacerdote en Japón desde 2009 hasta 2021, antes de residir en la Diócesis de San José, en la residencia Maryknoll de Los Altos, hasta su cierre. Ahora espera con ilusión su nuevo destino en Bolivia.

Reflexionó sobre su tiempo en San José, donde prestó asistencia en las Parroquias de San Juan Vianney y Nuestra Señora de Guadalupe, con inmensa gratitud personal: “Considero que San José es una diócesis muy, muy sana, y admiro todos los diferentes proyectos que se están implementando continuamente, como el sínodo y el plan pastoral.”

Sus experiencias hasta el momento le han brindado un gran regalo, según dijo, “Diría que me han dado una perspectiva más amplia sobre cómo Dios está presente de tantas maneras para su pueblo.”

Ueno, Japón, Diócesis de Kioto

“En mi última Parroquia del Niño Jesús en Ueno, Diócesis de Kioto, tuvimos una maravillosa celebración de la Misa de Pentecostés en 2019. Fue una celebración vibrante, multicultural y multilingüe. Los bancos estaban llenos de muchos migrantes que habían encontrado un nuevo hogar espiritual en la Iglesia Católica en Japón. Celebramos la Misa en japonés, español e inglés.”

Los lectores quizá se sorprendan al enterarse de esta diversidad en la Iglesia Católica de Japón. Históricamente, se produjo una importante migración de japoneses a diversas partes de América a partir de finales del siglo XIX y principios del XX. En las últimas décadas, se ha dado una migración inversa, con muchas personas de ascendencia japonesa y latinoamericana que regresan a Japón en busca de trabajo.

En su ministerio en Japón, el Padre Roberto trabajó para unificar a diversos grupos dentro de las parroquias Japonesas, principalmente a través de celebraciones culturales y religiosas compartidas. Recordando aquella celebración de Pentecostés, comentó, “Había gente de todo tipo: de Vietnam, Perú, Brasil, Filipinas y Japón. El coro dirigió los cantos en varios idiomas, y rezamos de la misma manera. Sentíamos que, en la unidad de nuestra fe cristiana, todos los que participaban en aquel Pentecostés formaban parte del Pueblo de Dios y nada menos.”

Desde la Diócesis de San José a Bolivia

Durante los últimos años, el Padre Roberto residió en Los Altos. Antes de su cierre a principios de este año, era, según reflexionó, “un lugar de oración, meditación y paz donde nuestros padres y hermanos jubilados pasaban sus días en silencio y meditación, en comunión con Dios y la belleza de la creación que los rodeaba.”

Actualmente se encuentra en Nueva York, a la espera del inicio de su próxima misión en Bolivia.

Sobre su tiempo en la Diócesis de San José, el Padre Roberto siente que fue testigo diario de la generosidad de su gente: “El Obispo Cantú, el clero y las religiosas son muy generosos, muy amables en su ministerio. También hay mucha participación laica. Son todos realmente maravillosos. Siento una gran gratitud por el tiempo que pasé allí”.

Una Comprensión Cada Vez Más Profunda del Amor de Cristo

El Padre Roberto también compartió cómo va profundizando su sentido del amor de Cristo a medida que continúa en su ministerio y vocación sacerdotal:

“Cuando era un sacerdote joven, mi relación con Cristo no era muy cercana. Ahora, como sacerdote mucho mayor, mi relación con Cristo es más cercana e íntima que antes. Amo mi vocación al sacerdocio y amo profundamente a mi Señor y Salvador, Jesucristo.”

Como Misionero de Maryknoll, el Padre Roberto sirve dondequiera que lo envíen, ofreciendo amistad, fe y amor a la gente del mundo, especialmente a los pobres y a quienes no creen. Su vocación consiste, fundamentalmente, en difundir la Buena Nueva de Nuestro Señor Jesucristo, una Buena Nueva que experimenta a diario a través del amor divino.

“Diría que mi relación con Jesús como mi Señor y Salvador es ahora más cercana que antes, y encuentro mayor unidad con Él a través de la oración. Siento que siempre está conmigo. Eso me da mucho consuelo y una gran sensación de ser amado por Jesús.”

El Padre Roberto Rodríguez es un Misionero de Maryknoll que sirvió en la Diócesis de San José, asistiendo en las Parroquias de San Juan Vianney y Nuestra Señora de Guadalupe.


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