
Marcos Herrera Sobre la Inmigración y Ayudando a Todos los Hijos de Dios
Todos Conocemos Al Menos Una Familia Migrante: La Sagrada Familia
Todos Conocemos Al Menos Una Familia Migrante: La Sagrada Familia
Cuando Marcos Herrera participó en un viaje de inmersión de la Sociedad de Extensión Católica a McAllen, Texas, en la Diócesis de Brownsville, fue como un encuentro entre el pasado y el presente: el menor de cinco hermanos, tenía solo dos años cuando su familia llegó a Estados Unidos en la década de 1950 desde Sonora, México. Su padre fue reclutado a través del Programa Bracero de Estados Unidos.1 Una tía que vivía en Redwood City los patrocinó para que permanecieran en el país, y Marcos recordó, “Era demasiado joven para saber todos los detalles, pero en aquel entonces, solo tomaba dos o tres meses para obtener la visa, y la tarjeta de residencia llegaba rapidísimo. Ahora hay que esperar décadas.”
Cuando Marcos Herrera participó en un viaje de inmersión de la Sociedad de Extensión Católica a McAllen, Texas, en la Diócesis de Brownsville, fue como un encuentro entre el pasado y el presente: el menor de cinco hermanos, tenía solo dos años cuando su familia llegó a Estados Unidos en la década de 1950 desde Sonora, México. Su padre fue reclutado a través del Programa Bracero de Estados Unidos.1 Una tía que vivía en Redwood City los patrocinó para que permanecieran en el país, y Marcos recordó, “Era demasiado joven para saber todos los detalles, pero en aquel entonces, solo tomaba dos o tres meses para obtener la visa, y la tarjeta de residencia llegaba rapidísimo. Ahora hay que esperar décadas.”
Ahora jubilado de su carrera de ingeniería y con múltiples títulos universitarios, Marcos participa en diversas juntas directivas de organizaciones sin fines de lucro y es voluntario en numerosas organizaciones, compartiendo numerosas oportunidades de las que él mismo fue beneficiario. “No me convence la idea de un ‘hombre hecho a sí mismo’ o una ‘persona hecha a sí misma.’ Eres quien eres gracias a las personas que te rodean y a tus influencias.” Para Marcos, ser cristiano significa salir y encontrar a quienes acompañar, una convicción que impulsa cada una de sus acciones.
Una Ayuda Para la Educación Superior
Marcos recibió una ayuda inesperada para acceder la educación superior de un grupo vinculado al antiguo Centro Saint Ann Newman en Palo Alto. Entre sus miembros se encontraba Edda Ritson, quien se convirtió en amiga de Marcos. “Es una santa en mi vida,”: explicó Marcos. “Su organización me dio una beca de 100 dólares por semestre. En 1972, la matrícula de la Universidad Estatal de San José era de solo 72 dólares por semestre, así que también pagó mis libros.” Marcos finalmente fue contratado por General Electric, lo que le permitió obtener maestrías totalmente financiadas de la Universidad de Santa Clara y la Universidad de California en Berkeley.
Tuve la gran suerte de no haber pagado nada por toda mi educación. Por eso tengo todas estas pancartas aquí.” Señaló los tres colgantes de sus alma máteres en la pared durante su entrevista por Zoom. Marcos también contó cómo una vez le preguntó a Edda sobre los orígenes de su organización, y ella comentó: “Solo éramos un grupo de hippies blancos en Palo Alto que creíamos que la Iglesia debería hacer más.” Edda finalmente le pidió a Marcos que se uniera a la junta directiva del Fondo Católico de Educación Interracial (CIEF por sus siglas en inglés), que posteriormente pasó a llamarse Fondo Educativo Mabel B. Wright. Actualmente, es el presidente del fondo, que otorga becas universitarias a estudiantes de color.
Viaje de Inmersión Fronteriza de la Sociedad de Extensión Católica
En la primavera de 2024, Marcos viajó para sumergirse en la labor de la Iglesia con una población predominantemente católica, densamente poblada y rural. Allí se reunieron con el Obispo Daniel Flores de Brownsville y la Hermana Norma Pimentel, directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande, entre otros. También trabajaron con la Hermana Fátima Santiago y las Hermanas del Inmaculado Corazón de María, quienes dirigen el Proyecto de Desarrollo Humano. El proyecto ha brindado servicios como HeadStart, oportunidades de ayuda con las tareas escolares, clases de inglés como segundo idioma y otros programas de bienestar a dos colonias en la zona rural de Brownsville.
Su labor conmovió profundamente a Marcos. “Su valentía y perseverancia son simplemente increíbles. Y son tan activas, lo cual no me sorprendió, pero fue inspirador verlas.” Hoy en día, el trabajo de las hermanas se ve amenazado por demandas judiciales, y Marcos se sintió muy impresionado por la resiliencia de las hermanas ante tal adversidad.
Gratitud y Fe en Jesús
La creencia de Marcos de que nadie se hace a sí mismo y que el éxito se debe en gran medida a la generosidad de los demás proviene de su pasado, lo que lo impulsa a ofrecer su tiempo como voluntario a diversas organizaciones con gran gratitud. “La idea de atribuirse uno mismo el éxito es ajena incluso al Evangelio. Estoy agradecido de haber nacido en otro país y de haber nacido pobre porque he vivido ambas caras de la moneda.” Actualmente, es mentor de estudiantes en la escuela preparatoria Cristo Rey, con el programa de personas con discapacidad de Caridades Católicas y con Amigos de Guadalupe. Sostiene: “Eres quien eres gracias a las personas que te ayudaron. Por eso siempre les digo a los chicos que aprendan de todos. Duplica lo bueno y evita lo malo.” Tiene la profunda convicción de que la fe sin obras está muerta. “Eso es tan importante: aventurarse y tratar de encontrar a todo el pueblo de Dios.”
Él admite: “Tengo que recordarme que hago estas cosas por mi fe y por lo que Jesús significa para mí.” Reflexionó sobre la persona de Jesús, diciendo: “Miro a Jesús, leo en el Evangelio de Mateo: ‘En verdad les digo que en cuanto lo hicieron a uno de estos hermanos Míos, aun a los más pequeños, a Mí lo hicieron’ (Mt 25:40 NBLA); ese es el adhesivo que nos une a todos. Me dice que estamos llamados a dar la vida para salvar a alguien más.” Marcos continuó, “Jesús me desafía. En todo lo que hago, trato de reflexionar sobre si es coherente con lo que enseñó Jesucristo y si es lo mejor para todos, no solo para mí. De nuevo, Él es el adhesivo que me ayuda, nos ayuda a todos, a conectar con los demás y a comprender nuestra interconexión con todos los hijos de Dios.”
Marcos Herrera y su esposa Denise son feligreses de San Francisco de Asís. Miembro de la primera generación de graduados de ILM, es ingeniero jubilado y vicepresidente, y tienen una hija y dos nietos a quienes visitan con frecuencia en la Costa Este. Han realizado varios viajes de inmersión, incluyendo a Israel y Kenia, y pronto viajarán a Egipto.