El Padre Vincent Pineda Corre el Maratón de Chicago
En octubre, el Padre Vincent Pineda, párroco de la iglesia de San Francisco de Asís, corrió el maratón de Chicago. “En la milla 19, me topé con un obstáculo físico y mental. Entonces recordé a la gente por la que estaba corriendo,” compartió con The Valley Catholic. Corrió en apoyo de la Misión de Nuestra Señora de los Ángeles (OLA, por sus siglas en inglés) de Chicago, que brinda ayuda material y espiritual a uno de los barrios más necesitados de la ciudad. “Me conmovió profundamente el trabajo de OLA. Su misión resonó profundamente con mis valores y mi deseo de servir a los más vulnerables,” afirmó el Padre. Se unió a otros corredores en el “Equipo OLA” después de que un amigo lo alentara a correr el maratón de Chicago para la organización benéfica que alimenta aproximadamente 4,400 familias mensuales.
En octubre, el Padre Vincent Pineda, párroco de la iglesia de San Francisco de Asís, corrió el maratón de Chicago. “En la milla 19, me topé con un obstáculo físico y mental. Entonces recordé a la gente por la que estaba corriendo,” compartió con The Valley Catholic. Corrió en apoyo de la Misión de Nuestra Señora de los Ángeles (OLA, por sus siglas en inglés) de Chicago, que brinda ayuda material y espiritual a uno de los barrios más necesitados de la ciudad. “Me conmovió profundamente el trabajo de OLA. Su misión resonó profundamente con mis valores y mi deseo de servir a los más vulnerables,” afirmó el Padre. Se unió a otros corredores en el “Equipo OLA” después de que un amigo lo alentara a correr el maratón de Chicago para la organización benéfica que alimenta aproximadamente 4,400 familias mensuales.
El Maratón de Chicago no fue la primera carrera de larga distancia del Padre Vincent, aunque describe la de Chicago como una experiencia verdaderamente poderosa: “La energía de la multitud, el apoyo de los demás corredores y la belleza de la ciudad crearon una atmósfera de asombro, gratitud y una camaradería increíble. Reforzaban el poder de la comunidad y la belleza de trabajar por un objetivo común.” Relata que, durante toda la carrera, sintió la presencia y el amor de Dios que lo impulsaban hacia adelante.
Corriendo con Dios
El correr se ha convertido en una parte importante de la vida del Padre Vincent durante el último año, algo que considera una verdadera bendición. “Lo que comenzó como una forma de mantenerme activo y saludable rápidamente se convirtió en algo mucho más profundo.” Uno de estos aspectos más profundos es acercarse a Cristo. “La fe es la base de mi motivación,” reveló, “más allá de las carreras en sí, aprecio mis carreras matutinas; sentir el suelo bajo mis pies y tener un momento de tranquilidad para orar y reflexionar. Se ha convertido en un momento de comunión con Dios y un recordatorio de Su presencia constante.”
El camino de fe del Padre comenzó con su bisabuela Catalina, quien le enseñó el poder de la oración y le dio un profundo aprecio por la misa. También atribuye su vocación a la escuela católica y a los Padres Misioneros Columbanos. Hoy su fe se sustenta en las personas que encuentra a lo largo del camino en la vida cotidiana: “Me inspiro enormemente en personas comunes que demuestran una fe inquebrantable a pesar de enfrentar grandes desafíos en la vida. Ya sea que luchan contra una enfermedad, superan el duelo o superan luchas personales, estas personas muestran una resiliencia y una fortaleza espiritual notables en su camino de vida.” Sus ejemplos inspiran al Padre Vincent en lo que él llama el “maratón sagrado” de la vida.
Corriendo Por Amor al Prójimo
Para el Padre Vincent, los maratones son una expresión concreta de poner la fe en acción y amar al prójimo. “Correr por una causa añade otro nivel de propósito, sabiendo que cada milla ayuda a los necesitados. San Pablo utiliza a menudo imágenes de carreras en sus cartas, algo que resuena profundamente en mí. Cada paso me acerca a Cristo, y la disciplina del entrenamiento refleja la disciplina espiritual de mi vocación sacerdotal.” Los corredores también tienen algo que ganar, reconoce.
“Los beneficios físicos tampoco se pueden negar ¡experimentar mis límites al máximo es una verdadera alegría! Estoy muy agradecido por la salud y la fuerza que Dios me ha concedido.” El Padre Vincent también habló de cómo correr ha sido una experiencia transformadora a nivel personal y espiritual: “Durante las carreras, he experimentado momentos profundos en los que el esfuerzo físico abre las puertas a la conciencia espiritual. En medio de la sinfonía de multitudes que vitorean, latidos cardíacos acelerados y músculos cansados, descubro un punto óptimo, un ritmo en el que la paz y la alegría trascienden la incomodidad física. En estos preciosos momentos, cada paso se convierte en una oración y la presencia de Dios se siente más tangible que nunca.”
El momento en que el Padre Vincent sintió que se topó con un muro, recordar su misión —“tanto a los beneficiarios como a los que llevo en mis oraciones”— renovó su fuerza y determinación para completar la carrera. Cree que ese momento le sirvió para recordar que con la ayuda de Dios, cualquier obstáculo puede superarse. “Estas experiencias han fortalecido mi conexión con Cristo en medio del esfuerzo físico. El maratón demostró que Él permanece con nosotros, incluso durante nuestros mayores desafíos, fortaleciendo mi fe y profundizando mi confianza en Su providencia.”
El Padre cree que adquiere un sentido de solidaridad con los que sufren: “Correr ha profundizado mi empatía y compasión. Me ha ayudado a conectarme con el sufrimiento de los demás de maneras tangibles. A través de los desafíos del entrenamiento y la carrera, he aprendido a confiar más plenamente en la gracia de Dios. Me recuerda constantemente que ‘todo lo puedo en Cristo que me fortalece’” (Fil. 4:13 NBLA).
El Padre Vicente Pineda es el Párroco de San Francisco de Asís.