Con Nuestro Propio Testimonio de Vida: Discurso Promoción del Instituto Liderizago Ministerial
¡Buenas noches a todos! Hoy estamos agradecidos por completar nuestros estudios en el Instituto de Liderazgo Ministerial. Agradecemos a nuestro obispo Oscar Cantú por apoyar al Instituto, por ser un pastor cercano y por su apoyo a los programas hispanos de liderazgo. Agradecemos a Irma Alarcón y a Yoshi Moreno por su trabajo en el ILM, agradecemos a cada uno de nuestros maestros que compartieron conocimientos y nos inspiraron a ser mejores líderes y ministros en nuestras parroquias. Y con mucho cariño, agradecemos a nuestras familias que nos apoyaron durante este tiempo en el ILM.
Se han pasado tres años muy rápidos, pero mirando hacia atrás podemos darnos cuenta de que hemos recorrido un largo camino. Cada uno de nosotros tiene sus propias historias y anécdotas de este camino, desde que preparamos por primera vez nuestra carta de intención para ingresar al Instituto. Ya comenzar nos reunimos para clases por Zoom durante la pandemia, y luego, poco a poco, fuimos cogiendo el ritmo. A través de este extenso programa, hemos aprendido mucho a través de las Sagradas Escrituras, profundizado en nuestra espiritualidad, y en nuestra relación con Cristo. Podemos decir con confianza que nuestra Iglesia, con sus tesoros de Tradición, documentos, y misión, verdaderamente manifiesta el Reino de Dios cuando nosotros, el pueblo, trabajamos por la justicia y la paz a la luz del Evangelio. ILM nos equipó con métodos y herramientas para hacer de nuestras comunidades lugares de acogida, donde promovemos el crecimiento humano, y la harmonía.
Nuestro tiempo estudiando en el Instituto ha sido muy significativo porque ya no somos los mismos, hemos crecido y caminado juntos, de la gracia con Jesús que nos llamó por nuestro nombre. Todo este crecimiento comenzó, si lo pensamos bien, en el momento en que alguien nos invitó por primera vez a estudiar en el ILM: pues verdadamente fue Jesús quien nos invitó.
Conocimos diferentes aspectos de nuestra fe junto a través de las lecciones de nuestros profesores quienes entregaron su tiempo y talentos para compartir con nosotros. Ha sido un honor compartir con ellos, quienes demostraron su profesionalidad en cada clase. Con nuestros compañeros formamos comunidad. A pesar de nuestras diferencias en pensamientos y personalidades, entendimos que formamos un solo cuerpo en Cristo quien nos une y así aprendimos a respetar las opiniones de los demás, ser pacientes y a colaborar unos con otros en maneras prácticas. Lo decía uno de nuestros profesores, “Hay que aprender a escuchar más a las personas pues también así aprendemos.” Me llevare lecciones y experiencias de vida de cada uno. Hoy cerramos nuestros estudios en el ILM y empezamos un nuevo capítulo en nuestras ministeriales y vidas, donde Jesús nos envía al mundo para ser las manos, la voz, y el rostro de Cristo. Reflejemos la luz de Jesús, quien está con nosotros iluminándonos y guiándonos todos los días.
Hermanos y hermanas de la clase 2024, vayamos pues y llevemos a Cristo a nuestras parroquias, trabajos, vecindarios, ¡y a cualquier lugar donde nos encontremos! Prediquemos con nuestras palabras; pero más importante aún, prediquemos con nuestro propio testimonio de vida.
¡Felicidades Clase del 2024!
Romeo Soriano Figueroa es un ingeniero en telecomunicaciones trabajando para Astreya, un catequista en la parroquia de San Cipriano en Sunnyvale donde asiste a Misa con su familia. Le encanta el fútbol, la música en diversidad de géneros y la tecnología.