Cuéntame un poco sobre lo que te atrajo a la educación.

Mi experiencia universitaria en Morehouse College definitivamente inspiró un fuerte apetito por convertirme en educador. Tutorado y entrenado por la intelectualidad de Morehouse, mi profesor de inglés de primer año hizo que el aprendizaje fuera divertido, emocionante y, sobre todo, una experiencia excepcional. Su capacidad para desafiar, pero inspirar, brindar rigor, y a la vez apoyo, y siempre hacer un punto pero con una gran sonrisa, me permitió comprender que la educación puede y debe ser gratificante. Al final de mi primer año, estaba claro que iba a convertirme en educador.

¿Cómo influyó asistir a escuelas católicas en tu decisión de tomar este camino? ¿Sigue esa experiencia impactándote espiritualmente?

Desde que nací, mis padres estaban comprometidos. ¡Para nuestra familia, una educación católica era imprescindible! Creían que mi base como ser humano dependía en una fuerte creencia en Dios y una educación excepcional. Quién soy hoy, cualquier éxito y la forma en que dirijo, es gracias a esta base. Más específicamente: he tenido la suerte a lo largo de mi carrera de estar rodeado y apoyado por personas maravillosas. Y aunque el tiempo que he dedicado a la educación ha sido extraordinario, ahora me siento completo siendo líder en una escuela católica Jesuita.

¿Qué es lo que más te inspira como educador académico y líder comunitario?

Me inspira la oportunidad de apoyar, motivar, entrenar y orientar a los jóvenes. Trabajar en la educación es gratificante porque hay mucha energía y entusiasmo todos los días al interactuar con los estudiantes y ayudarlos a dar forma a sus vidas. Tengo la suerte de haber estado rodeado de grandes maestros y entrenadores, y quiero dar algo a cambio para mostrar mi agradecimiento a quienes me apoyaron.

¿Cuándo has tenido más desafíos como educador, administrador y líder comunitario?

He tenido la suerte de ser miembro de tantas grandes comunidades en Tennessee, California y Japón. Si bien exigieron mucho académicamente, atléticamente, socialmente y culturalmente, pude mantenerme fiel a mis valores. En todos los casos, se me pidió que me adaptara a cada entorno y tuviera éxito.

En retrospectiva, mi fe en Dios y la creencia de mis padres en una educación sólida hicieron que mis muchas transiciones profesionales, tanto dentro como fuera del aula, fueran posibles y exitosas. Hasta el día de hoy, cuando me desafían o lucho, recuerdo su forma de pensar y rápidamente pone esto en perspectiva.

¿Por qué el ministerio como educador es importante para ti personalmente?

No me encontraría en este lugar sin la fe en Dios y el entendimiento de que estoy aquí para servir a los demás. La resolución de Bellarmine College Preparatory de formar "hombres para los demás" resuena con lo que soy hoy. Mantenerme fiel a esta noción de servicio siempre me obligará a ser auténtico y humanitario.

Si pudieras resumir tu enfoque en la educación, o si hubiera una sola palabra que usarías para describir tu plan de liderazgo para Bellarmine, ¿cuál sería?

Abarcar. Mejorar. Disfruto la oportunidad de envolverme en el espíritu, la cultura y la fe Católica y Jesuita de Bellarmine, y a la vez mejorar las experiencias de los estudiantes, artistas, y atletas. Al participar personalmente en toda la comunidad: con la facultad, el personal, los padres y los ex alumnos, espero comprender mejor la historia de Bellarmine y sacar provecho de su futuro.