A los 6 años, Maya Sheffield ya había ganado un concurso de arte: un concurso de colorear en Baskin Robbins. Solo tres años después, tras su Primera Comunión, su diseño artístico original se convertiría en la tarjeta navideña del Obispo Cantú y se enviaría a toda la diócesis.

Pero ni ella ni su madre, la australiana Natalie Sheffield, podían creerlo cuando al año siguiente su obra también quedaría en segundo lugar en el concurso.

Ahora, mientras la familia se prepara para regresar a Australia, se enriquecen con el conocimiento de que la pequeña Maya ya ha causado sensación artística en la diócesis con sus diseños coloridos y reflexivos, que entrelazan su amor por el arte y su fe.

Fe y Arte

En 2023, el tema del concurso fue Jesús en el Pesebre, Nuestro Pan de Vida. Natalie recuerda haber ayudado a Maya a conectar la fe con el arte. “Hablamos sobre el cáliz y la animamos a reflexionar sobre dónde había oído ese término antes.” A Maya se le encendió la bombilla: había oído “cáliz” durante su preparación para la Primera Comunión. Empezó a dibujar una hostia y unas hojas de acebo. El resultado fue su primer diseño premiado (ver barra lateral).

Maya volvió a participar en el concurso al año siguiente. El nuevo tema, La Sagrada Familia Irradia Amor, le resultó más complejo. Recordó, “No sabía si se referían a la Sagrada Familia, es decir, a Dios, Jesús y el Espíritu Santo, o a María, Jesús y José.” Esta incertidumbre le permitió conversar con Natalie, quien le explicó la diferencia entre la Santísima Trinidad y la Sagrada Familia.

¡La parte divertida (y desordenada)!

Mientras trabajaba en su segundo diseño ganador, Natalie recordó cómo “Maya pasó la mayor parte del fin de semana pensando en diferentes ideas y diseños. Y creo que el domingo por la tarde, finalmente dijimos: “¡Bueno, ya tienes que elegir uno!”

Para su diseño, Maya usó colores pastel como colorante. Natalie compartió cómo se veía el desorden mientras Maya creaba: “Había manchas por todas partes,” dijo riendo. Maya persistió, confiada en los pasteles que había usado en su clase de arte en San Simón.

El resultado fue su segundo diseño ganador, con cálidos colores degradados que rodeaban a la Sagrada Familia. La lección: arriesgarse y ser desordenado es parte de la diversión para artistas de todas las edades. Maya describió lo que sucedió después del concurso. “En la escuela, la gente decía, ‘¡Maya, recibí la tarjeta de Navidad que hiciste!’ Eso fue realmente especial.”

La maestra de arte de San Simón, Angela Shafer, también ha observado la dedicación de Maya al arte. “Maya es realmente una artista excepcional. Independientemente del proyecto (o del medio que utilicemos), dedica mucho tiempo y esfuerzo, y presta una atención meticulosa a los detalles. Llevo varios años enseñándole arte, ¡y ha sido maravilloso verla evolucionar y crecer como artista!”

Aprendiendo Más Sobre Dios A Través Del Arte

Al recordar, Maya se da cuenta de cómo el concurso “...me hizo reflexionar un poco más sobre mi fe, ya que intentaba comprender el tema del concurso. También me ayudó a comprender que ser Católica implica muchas cosas diferentes.”

La creatividad es una constante en la familia Sheffield. Natalie es arquitecta paisajista y dibuja y diseña constantemente, mientras que el hermano menor de Maya también disfruta del arte. “A menudo hacemos arte juntos,” explicó Maya. “Nos divierte.” La familia se prepara para regresar a Australia, y Natalie considera que las contribuciones de Maya a la comunidad de Silicon Valley son parte del legado que dejarán en el extranjero.

Natalie compartió, “Significa mucho para mi esposo y para mí que Maya haya podido compartir su creatividad y pasión por el arte antes de irnos.” Maya tampoco piensa dejar de lado sus cuadernos de dibujo. Considera el arte una pasión para toda la vida. “Dedicaré mi vida al arte,” declaró. “¡Me hace feliz y me ayuda a reflexionar sobre la fe de nuevas maneras!”