Cómo Comenzó el Retiro Anual Diocesano

A fines de la década de 1990, el exdirector diocesano de juventud Vince Nims, mientras estaba de vacaciones en Lake Tahoe, notó un letrero que decía “Centro de Conferencias Presbiteriano Zephyr.” Por alguna razón, se sintió obligado a visitar ese lugar. Entró en el estacionamiento para explorar el área y se sintió impulsado por el Espíritu Santo a comenzar un retiro diocesano en este sitio.

Bajo la dirección del Obispo Pierre DuMaine, Nims comenzó el Retiro Diocesano de Jóvenes en el Centro de Conferencias Zephyr Point en South Lake Tahoe. Comenzó con un grupo de entre 15 y 25 jóvenes de secundaria. Después de promoverlo, mostrar fotografías, y el simple boca a boca de lo fantástico que fue este retiro, creció hasta lo que es ahora, con casi 250 jóvenes de secundaria que asisten cada año.

El primer DYR de Row David fue después de su primer año en la universidad. “Nunca fui cuando era joven de secundaria, pero escuché sobre ello como líder cuando me gradué. Mi primera impresión del retiro fue: ‘¡Guau, esta es una joya escondida realmente interesante que tiene la Diócesis de San José!’”  Solicitó ser líder en formación y luego se convirtió en un líder adulto regular. Row compartió que ha asistido todos los veranos desde 2002 y ha dirigido el evento de cinco días en diferentes capacidades. De 2015 a 2018, la diócesis lo invitó a coordinar el retiro y ha vuelto a hacerlo desde 2023.

El Impacto de un Retiro Juvenil Diocesano

Row habló sobre algunos de los efectos del retiro que ha visto. “Inmediatamente después del retiro, se ven los comentarios que DYR inspira incluso en las redes sociales: los participantes evangelizan a otros jóvenes sobre lo interesante, divertido y formativo que es y sobre cómo encontraron o redescubrieron a Cristo. ¡Estos son adolescentes que dicen estas cosas!”

Explicó que los jóvenes preguntan con frecuencia: "¿Cuándo será el próximo retiro?" Quieren regresar incluso después de graduarse de la escuela secundaria, y algunos se convierten en la próxima generación de líderes. Esto demuestra el impacto que tiene su experiencia del retiro. Él también ha vivido lo que están viviendo ellos. “Cuando tenía 18 años, estaba buscando un propósito en mi vida, tratando de descubrir quién era yo.” Para él, toda la experiencia DYR es “esclarecedora” porque “simplemente arroja luz sobre muchas cosas,” explicó.

Transformación Personal A Través Del Liderazgo

Row compartió su camino de fe y el papel de DYR en él: “Cuando tenía poco más de 20 años, obtuve mucho entendimiento al permitirme ser visto como Jesús me ve. Me permitió acceder mi habilidad de hacer oración y me desafió a crecer en mi fe.” Row considera que los retiros lo desafiaron a verse a sí mismo como Cristo lo ve, guiándolo en cómo ha elegido usar sus dones y talentos y ayudándolo a comprender su propósito en la vida. “Quiero decir, si me hubieran dicho a mis 18 años que yo iba a trabajar para la Iglesia durante más de 14 años y coordinar el DYR, me habría burlado de esa idea, pero ahora que lo miro en retrospectiva, veo cómo Dios ha intervenido.”

Discernir su propósito en la vida llevó a Row a cambiar después de la universidad de un trabajo secular al ministerio, y nunca miró hacia atrás. “Cada año que regreso a Zephyr Cove cuando está lleno de jóvenes de la escuela secundaria católica, siempre me asombra el maravilloso sentido de unidad que tenemos como diócesis. Reconozco cuán grande es Dios y cuán bendecidos somos de tener este retiro en un sitio tan hermoso y prístino. Para mí, esto confirma que es donde debo estar.”

No es el único líder diocesano al que DYR ha impactado. El actual director diocesano juvenil, Kevin Bernaga, participó en DYR cuando Row era un líder joven. Row recuerda: “Kevin llegó cuando era joven y de repente se sintió ardiendo con su fe a través de DYR.” Si bien no todos los participantes regresan para ser líderes en DYR o trabajar en el ministerio, es un ejemplo de cómo Row experimenta el fruto de su liderazgo. “Seguido escucho de jóvenes y adultos que el retiro fue una experiencia muy formativa en sus vidas espirituales.”

Dios Viene A Través De La Creación

Es una experiencia que continúa evolucionando y cambiando con los tiempos. “Yo diría que hoy en día abordamos DYR de manera diferente a como lo hacíamos hace 20 años; el panorama ha cambiado con respecto a la sociedad, las redes sociales y lo que están viviendo los jóvenes.” Row explicó que las actividades del campamento incluyen escuchar a los oradores principales, alabanza y adoración, talleres y presentaciones grupales, y oportunidades para la Misa y los Sacramentos. Pero hay una cosa que nunca cambia y es la ubicación.

La serenidad del entorno invita a todos a encontrar al Señor a través de la creación y disfrutar de la recreación. “Podemos simplemente saltar al lago y divertirnos y relajarnos y luego, después de la cena, tenemos un programa nocturno, en el que pueden asistir a una misa al atardecer, a la adoración o a la reconciliación.” Para Row, la reconciliación es la actividad que más le impacta. Describió el sacramento de sanación en el lago: "El miércoles por la tarde ofrecemos la oportunidad de la reconciliación, y no hay palabras que puedan describirla. Confesar los pecados mientras contemplamos el lago durante la puesta de sol es una de las cosas más hermosas que he visto y experimentado. ¿Qué mejor testimonio del amor de Dios existe que ver la creación de Dios, y ser perdonado de tus pecados, al mismo tiempo?”

Todos Están Invitados

Además de ser transformador, Row comparte que al final de la experiencia, es normal que un líder sienta un cansancio satisfactorio. “Es un retiro de cinco días lleno de actividades, y uno se agota como líder. Pero es un cansancio bueno. Pasaste un día entero lleno de energía, alegría y vida. Juegas, oras y reflexionas sobre tu día y, en ese cansancio, aún puedes reconocer cuán grande es Dios.”

Todos los jóvenes católicos de la diócesis, desde los graduados de 8º grado hasta los de 12º grado, están invitados a asistir. Row compartió que la duración de la experiencia puede ser una preocupación para algunos, pero explica: “Cinco días es la mejor manera de conocer profundamente a los demás, conocer gente nueva y fortalecer las amistades actuales. Quiero animar a los jóvenes: ya sea que se sientan cómodos o no con estar ausentes durante ese largo periodo, que traten de reconocer que tal vez se sorprendan gratamente de lo que el Señor podría ofrecerles durante ese tiempo prolongado.”