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 | Por Patricia Mish Editora gerente, FAITH Grand Rapids

Confianza

Un componente esencial en el lugar de trabajo

Admito que envidio el entorno laboral en algunas empresas tecnológicas de vanguardia: una barra de desayuno completa y llena de 37 marcas de cereales; chefs gourmet que sirven comidas nutritivas y de bajo costo; mesas de ping-pong y gimnasios para recreación. Todos los días son días casuales. Ya se puede hacer una idea.

Pero incluso la oficina más elegante y moderna no se sentirá como un hogar, si carece de un componente fundamental en todas las relaciones humanas: la confianza.

La confianza puede erosionarse gradualmente de varias maneras:

  • Quizás el equipo directivo de la empresa oculta malas noticias, como ganancias bajas o la posibilidad de despidos en toda la empresa. El silencio puede alimentar los rumores, lo que puede erosionar la confianza.
  • Los empleados pueden comenzar a conversar entre ellos sobre sus preocupaciones respecto a las políticas de la empresa en la máquina de café (o la barra de cereal), callándose cuando entra un supervisor.
  • Los empleadores que monitorean excesivamente a los empleados, en persona o de forma remota, pueden sembrar resentimiento. Al mismo tiempo, los empleados que constantemente no cumplen con las tareas y proyectos pueden contribuir a la desconfianza.

Para reconstruir la confianza, tanto los empleadores como los empleados pueden aprender de la Carta de San Pablo a los Efesios: “Por eso, renuncien a la mentira y digan siempre la verdad a su prójimo, ya que todos somos miembros, los unos de los otros” (4, 25).


¿Cómo se ve la confianza en un entorno laboral?

1. Transparencia.

Gerentes: Comparta detalles sobre el desempeño de la empresa con su equipo. Invítelos a aportar ideas y estrategias para ayudar a fortalecer la compañía. En los buenos tiempos, comparta la riqueza a través de bonos o aumentos salariales. En tiempos difíciles, avise a los empleados con anticipación, si existe la posibilidad de despidos.

2. Comunicación.

Comparta sus preocupaciones antes de que aumenten progresivamente. ¿Le molesta que un empleado no cumpla con los plazos constantemente? Diga algo y encuentren una solución juntos. ¿Siente que su jefe no toma en serio sus sugerencias? Pregúntele por qué, idealmente en persona y no por correo electrónico.

3. Hablar entre sí.

Si comparte espacio de oficina, charle en persona cuando sea posible. Si trabaja en diferentes sitios, levante el teléfono o programe una videoconferencia.

4. No subestime el poder de la diversión.

Así como las vacaciones pueden unir a las familias, las salidas de trabajo pueden ayudarnos a vernos como seres humanos en lugar de compañeros de cubículo o jefes. Participe en un proyecto de Hábitat para la Humanidad o vayan al estadio de béisbol juntos. Celebre los cumpleaños.


La creación de equipos no eliminará -ni debería hacerlo- todos los conflictos, pero crea una reserva de confianza. Podemos volver al mismo capítulo de las palabras de San Pablo a los Efesios: “sean mutuamente buenos y compasivos, perdonándose los unos a los otros como Dios los ha perdonado en Cristo” (4, 32).