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 | Por Sheri Wohlfert

Cómo el Espíritu Santo puede guiar a nuestros hijos

El día de mi boda, no podía concebir amar a alguien más de lo que amaba a mi marido. Lo hermoso de ese amor es cómo se multiplicó y se derramó en el don de nuestros hijos, y más tarde en la vida, se multiplicó aún más en el don de nuestros nietos. Me asombra continuamente la forma en que el Señor aumenta la capacidad de mi corazón. Si usted es padre, comprenderá esta verdad, pero lo que es un poco más difícil de entender es cómo la profundidad de nuestro amor no es ni siquiera una gota en el océano comparado con el amor que el Padre nos tiene. Y su ofrenda más tierna de amor por nosotros es el don de su Espíritu Santo.

El Espíritu Santo está destinado a guiarnos, formarnos y conducirnos al cielo. Nuestra misión como padres es ayudar a nuestros hijos a crecer en santidad. El Espíritu Santo, nuestro Abogado, está listo para ayudarnos en esta importante labor cada día. En este mundo increíble, nuestros hijos necesitan la verdad de Dios, así que él envía al Espíritu Santo, que nos llena de la sabiduría, dirección y paciencia que necesitamos para guiar a nuestros hijos hacia las verdades de nuestra fe. He aquí algunas formas en las que el Defensor puede ayudar.

 

Propósito

El propósito del Espíritu Santo es darnos la gracia, la sabiduría y el conocimiento para tomar las decisiones correctas y crecer en santidad. Decimos a nuestros hijos que “tomen decisiones sabias”, por lo que deberíamos animarles a pedir ayuda al Espíritu Santo para tomar decisiones que incluyen todo, desde hacer un examen hasta tener conversaciones amables o elegir qué actividades y amigos son los mejores.

Proceso

No hay palabras mágicas para recibir ayuda del Espíritu Santo. Cuando nuestros hijos se sientan tentados, desanimados, confusos o inseguros, anímelos a pedir ayuda. La oración puede ser tan sencilla como “Espíritu Santo, ayúdame”. Puesto que el Espíritu Santo es el dador de palabras y conocimiento, pueden invocarlo antes de escribir, enviar mensajes de texto o hablar y pedir que sus palabras sean como las de Cristo y pacíficas. El Defensor es un socio poderoso durante las conversaciones importantes o difíciles.

Prueba

No podemos ver al Espíritu Santo, pero su influencia en nuestras vidas es notable, si sabemos lo que buscamos. A veces, llega como una idea o un pensamiento que nos ayuda a tomar la decisión correcta. A veces, ofrece claridad o dirección en las palabras de una canción o en una línea de las Escrituras. A veces, son las personas que se encuentran en nuestro camino las que nos dirigen, corrigen o animan. Rece para que el Espíritu Santo guíe a sus hijos y ayúdeles a estar atentos a sus impulsos.

Perspectiva

El Espíritu Santo trabaja constantemente, pero a veces utilizamos palabras como destino, suerte o coincidencia para describir esta labor. Una perspectiva adecuada ayuda a los niños a darse cuenta de que todo es obra de Dios a través de su amoroso y poderoso Espíritu Santo. Y cuanto más busquen cómo el Espíritu Santo organiza, inspira y participa en su día, más reconocerán su obra. Acostúmbrense a hablar en familia sobre cómo ha actuado el Espíritu Santo en sus vidas.

Práctica

La palabra hebrea para “santo” significa “apartado”, y queremos estar apartados del mundo para poder pertenecer a Dios. Si hubiera un ayudante disponible para ayudarnos a hacer un trabajo súper complicado, tomaríamos esa ayuda en un abrir y cerrar de ojos. En el trabajo de llegar al cielo, el Espíritu Santo es nuestro gran ayudante. Como familia, apóyense en el ayudante con esta sencilla oración: Ven, Espíritu Santo. Ven ahora. Ven como quieras.


Sheri Wohlfert es una esposa, madre, abuela, oradora y escritora católica. Su blog está en www.joyfulwords.org.

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