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 | Por Sheri Wohlfert

Manual de instrucciones para recién nacidos

Cómo criar santos, parte 1 

Para consternación de los padres, los niños no vienen con instrucciones. Sabemos que son un regalo de Dios, pero a menudo no estamos seguros de cómo manejarlos. Este artículo es el primero de una serie de tres partes diseñadas para ayudar a los nuevos padres a recorrer el camino desde un recién nacido hasta un niño en edad escolar. Muchos padres conocen las palabras de Ana: “Era este niño lo que yo suplicaba al Señor, y él me concedió lo que le pedía” (1 Sam 1, 27). Pero una vez respondida la oración, podemos sentirnos un poco perdidos. Criar santos es la misión de los padres católicos, y las ideas que siguen están pensadas para ayudar a los nuevos padres (y a los veteranos) a hacerlo.

 

Lo más importante:

Tu hijo es un regalo de Dios, y él lo ama más de lo que tú jamás podrías. Él tiene un plan para este pequeño ser humano y, cuando lo tejió en el vientre materno, lo dotó de todos los dones necesarios para llevar a cabo ese plan. Acude a Dios a menudo en oración para pedirle sabiduría, fuerza y gracia para cooperar con su voluntad para este niño.

La pura verdad:

Estarás cansado; la vida será desordenada e impredecible. El poder que ejerce tu pequeño ser humano te deja atónito. No lo harás todo, la mayoría de tus cosas tendrán manchas y puede que no te sientas bien durante varios meses... ¡Eso es lo NORMAL! No compares tu viaje como padre primerizo con el de los demás, porque no hay dos bebés iguales. El primer año todo llega en temporadas... vienen y van rápidamente, así que acompáñalo... esta nueva personita está muy ocupada tratando de aprender a vivir, y tú estás tratando de averiguar cómo mantenerlo así. La oración y la risa son tus mejores estrategias. Empápate de todo, ama mucho, ríe a menudo y ¡sé consciente de que pasará en un abrir y cerrar de ojos!

Mejor amigo:

No siempre podrás elegir a los amigos de tu hijo... excepto al primer y mejor amigo que pueda tener. Escoge un santo para tu bebé e invoca a menudo su intercesión para que lo bendiga, guíe e inspire. Elige un santo que encarne las cualidades que esperas inculcar a tu hijo. Permite que este héroe santo forme parte de su vida diaria, y reza a menudo para que interceda por ti como padre.

Aprender, aprender, aprender:

Google no te conoce y no debería ser tu primer recurso para criar santos. El conocimiento es excelente, pero no confíes en que los fabricantes de productos y los médicos te digan qué es lo mejor para tu familia. Haz tus deberes y busca la sabiduría de padres a los que admires. Tú eres responsable de este bebé, así que, en un triple enfoque, identifica tu círculo de sabiduría de confianza, confía en tus instintos e incluye cada decisión e hito en la oración. Popular no significa mejor... ¡eso lo defines tú!

Escuchar y analizar:

Una buena parte de la "sabiduría" que recibirás será no solicitada. Recuerda que se ofrece con amor, así que escucha, da las gracias y analiza el mensaje para ver si se ajusta a tus objetivos y estilo de crianza. Si el consejo es insistente, prométele con cariño que rezarás sobre la mejor manera de proceder.

La misión:

Tu misión es criar a un santo, y eso se hace rezando por y con tu hijo, así como con tu cónyuge. Cuando las cosas parezcan abrumadoras, recuérdate a ti mismo que tu trabajo es mantenerlos tanto santos como seguros y amarlos tanto como sea posible. El sacrificio es la mayor forma de amor... mira el crucifijo. Ten por seguro que todos los sacrificios de cuerpo, sueño, energía y productividad que hagas durante estos primeros meses como padre marcan la diferencia. Una buena regla es que los bebés necesitan la mitad de cosas y el doble de tiempo. Reza, juega y lee con tu bebé todos los días, ¡y lo estarás haciendo bien!


Sheri Wohlfert es una esposa, madre, abuela, oradora y escritora católica. Su blog está en www.joyfulwords.org.

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