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 | Por Marissa Nichols

Formando la Fe y Trabajando Por la Justicia en Grupos Pequeños

Kathy Mattingly, Donna O’Connell, y Carla Macchello

El Plan Pastoral de Formación (los detalles se encuentran en las páginas 20 a 28 de este número) espera fomentar los pequeños grupos de fe (entre 6 y 15 personas) dentro de las parroquias que se reúnen de manera regular. Ya sea en persona, en línea o híbrido, aún está por verse el modo exacto que adoptarán estos grupos.

Para temas más delicados, como la sanación racial, que está bajo la dirección de la Oficina de Vida, Justicia y Paz, se prefieren las reuniones en persona ya que permiten el elemento humano: tonos de voz, expresión más tenue y la oportunidad de empatizar con otras personas.

En los últimos años, la raza es un tema que se ha politizado mucho, y se necesitaría mucho valor para asistir, y mucho más liderar, un pequeño grupo sobre este tema. Con la bendición del P. Angelbert Chikere, Director Diocesano de Vida, Justicia y Paz, Kathy Mattingly, Donna O'Connell y Carla Macchello están llevando la enseñanza cristiana sobre la raza, la sanación racial y la reconciliación, tal como está arraigada en su fe católica, a un pequeño grupo presencial en St. Clare, así como un grupo más grande que se reúne virtualmente. No es un esfuerzo para los débiles de corazón.

No es un Grupo que Señala Sus Virtudes

De las tres líderes, Carla es la que se incorporó más recientemente al grupo. “Soy nueva en los programas de Just Faith Ministries, que operan en grupos pequeños. Recientemente también ayudé a iniciar La tierra No es Nuestra: Buscando Reparación Junto a las Comunidades Indígenas.” Antes de esto, estuvo involucrada con los pequeños grupos de Compañeros en el Servicio y la Espiritualidad Ignacianos durante años.

Carla compartió que liderar y participar en un grupo centrado en la justicia social es un proceso transformador para ella. En otras palabras, no busca hablar con desprecio a los participantes ni que esto se convierta en una oportunidad para señalar virtudes. Al contrario, ella también busca personalmente formarse en la empatía y la justicia y en el trabajo por la sanación. Explicó lo que significa para ella liderar. “Esto nos cambia. Nuestro grupo ofrece un espacio seguro para aprender, reflexionar, orar y ser buenos aliados. Nos ayuda a poner nuestra fe en práctica.”

El líder es el primero en formarse

Las compañeras de Carla, Donna y Kathy, han estado involucradas en el ministerio de grupos pequeños durante varios años. Para Donna, la co-facilitación de grupos pequeños utilizando un programa de Just Faith Ministries no comenzó hasta 2021. Por el contrario, Kathy ha estado involucrada en la formación y el liderazgo de grupos pequeños desde antes de la inauguración de la Diócesis de San José en 1981. Ella y Donna comenzaron ofrecer grupos pequeños centrados en temas sociales, el más desafiante de los cuales, al menos desde una perspectiva pastoral, tiene que ver con la raza y la reparación de las relaciones con los nativos americanos.

Parte de la atracción de Kathy por este tema se debe a su origen del sur. Creció en el sur con las leyes Jim Crow, y el Dios que ella descubrió en el Catecismo no alineaba con la segregación racial y la expectativa de que los "negros" debían permanecer "en su lugar.” Con la tragedia de George Floyd, se dio cuenta de que habían pasado décadas desde que había estado involucrada en los derechos civiles. Más tarde descubrió y completó la serie Just Faith Ministries sobre la Enseñanza Social Católica (CST por sus sigas en inglés).

Del mismo modo, Donna también completó el curso sobre CST, pero después, al igual que Kathy, se encontró deseando continuar la experiencia y la conversación. “Lo que leí sobre las Enseñanzas Sociales Católicas fue transformador, pero quería que fuera más que algo sobre lo que simplemente leo. Co-facilitar cursos sobre equidad racial, sanación racial y justicia racial me ha ayudado a comenzar a comprender la situación difícil de las personas de color en la vida real como algo arraigado sistémicamente en nuestras instituciones.”  Más tarde descubrió que su experiencia de liderar como Cristo transformó su relación con Cristo. “Ha profundizado mi comprensión del ministerio de Jesús, un ministerio que devolvió la dignidad a las personas marginadas, devolviéndolas así a la comunidad.”

La Reunión

Kathy, Donna y otros cuatro participantes se reunieron en un salón de clases en St. Clare. Algunas mesas estaban puestas en círculo, lo que demostraba que todos eran iguales en la discusión, incluso los facilitadores. El grupo comenzó con una oración por la sanación racial, seguida por una reflexión sobre la oración.

Siguió una meditación de las Escrituras del Éxodo. Como esta sesión se centró en la esclavitud y el Pasaje Medio (el nombre dado a las rutas transatlánticas de barcos de esclavos), la lectura fue la promesa de Dios de liberar a Su pueblo esclavizado de Egipto. Se reprodujo una grabación de audio del canto “Go Down Moses” y los participantes compartieron selecciones de los libros que el grupo está leyendo juntos.

Lo que siguió fue una discusión desafiante y purificadora sobre cómo la sanación racial va en ambos sentidos: para quienes son víctimas del racismo y para quienes recién aceptan su complicidad en la discriminación racial. Para el grupo demográfico de este pequeño grupo, la mayoría informó que este último fue el motivo por el que vinieron. Admitieron que nunca habían aprendido sobre el Pasaje Medio en la escuela y con el tiempo descubrieron ciertos prejuicios raciales en ellos mismos o en su educación.

Un participante lo dijo mejor: “Este grupo me ha brindado un espacio seguro para hablar sobre mi racismo en un entorno seguro y sin prejuicios. Estoy trabajando para intentar hablar con algunos amigos sobre sus tendencias racistas y este grupo me está ayudando a hacerlo.”  Otra participante dio un ejemplo de cómo era su racismo. “Comencé a notar que cuando una persona que no es blanca caminaba por mi vecindario, automáticamente sospechaba.”

Este intercambio honesto y sincero es la parte más esencial de la dinámica del grupo para Donna y Kathy. “Lo más importante es la conversación y la comunidad que se forma,” fueron los comentarios compartidos por ambas. Otra forma de decirlo, tal vez, es que a través de la conversación la comunidad sana. Éste es el poder potencial del pequeño grupo que comparte la fe: puede ser la chispa para una reconciliación más amplia entre todos los pueblos, una conversión a la vez. Usando las palabras de Carla, “Los grupos pequeños ofrecen oportunidades para analizar temas difíciles en un ambiente de apoyo, donde nuestros corazones pueden ablandarse y abrirse a verdades dolorosas”.

Llamado a la acción

Carla compartió dónde visualiza los grupos que comparten la fe en la Iglesia en general. “Veo que la formación de grupos pequeños tiene un potencial inmensurable para conectar a las personas en un camino común, tanto espiritualmente como hacia la acción. En la estructura de nuestras reuniones quincenales Just Faith hay una sección, “¿Y ahora qué?” donde podemos pensar e intercambiar ideas sobre lo que podríamos hacer con la información que acabamos de absorber.”

Todos los programas de Just Faith Ministries culminan con un “llamado a la acción.” Al final de la reunión, cada participante, incluso la asistente virtual, Judy, eligió una organización local que ya trabajaba en la comunidad para la sanación racial. Kathy también comentó: “Reconozco los grupos pequeños como el medio ideal para todas las actividades y experiencias que ayudan a formar discípulos misioneros, personas que tienen una relación personal con Cristo alimentada a través de la Eucaristía, que llevan el amor y la misericordia de Dios a los demás.” Quizás en este clima político de división, sería bueno si todos los católicos consideraran unirse o incluso iniciar un pequeño grupo de intercambio de fe para continuar su formación personal y espiritual y la de su comunidad. MN


Carla Macchello es maestra de adultos jubilada de inglés como segundo idioma y el equivalente a escuela secundaria. Actualmente es tutora voluntaria de alfabetización para adultos. Está casada y tiene un hijo de 31 años y es miembro de la parroquia St. Simon, donde también forma parte del Equipo Verde y miembro del Comité diocesano de Administradores de Nuestra Casa Común.

Donna es una ex maestra de primer grado. Después de su jubilación, ha trabajado como tutora para Reading Partners en el Centro y el Este de San José. También es miembro de los Compañeros en el Servicio y la Espiritualidad Ignacianos.

Kathy se ha desempeñado como lectora, maestra de CCD, miembro del equipo de RICA, miembro del consejo pastoral y líder de grupos de discusión en St. Lucy y St. Thomas of Canterbury durante décadas. Tiene una maestría en Ministerio Pastoral de la Universidad de Santa Clara.