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 | Por Hermana Ellen Hess VDMF, Delegada del Obispo a los Religiosos en la Diócesis de San José

“Podemos servir a nuestra debilidad o podemos servir a nuestro propósito.”

Reseña de la Película: Cabrini

La nueva película de Angel Studio, “Cabrini,” presenta la fuerza y ​​el poder de Francesca Cabrini, una mujer joven, frágil y consagrada con una visión empoderadora con el propósito de crear una red de apoyo para las personas que viven en la pobreza, especialmente a los niños y huérfanos. Francesca, que más tarde se convertiría en la primera ciudadana estadounidense canonizada por la Iglesia, se muestra superando muchos obstáculos para lograr su sueño de cuidar a los más vulnerables de la sociedad, especialmente los niños y, en Estados Unidos en ese momento, los inmigrantes italianos

La película describe la miseria, la pobreza extrema, y el rechazo que experimentaron muchos inmigrantes italianos durante las oleadas de inmigración europea a los Estados Unidos de finales del siglo XIX. Ambientada en 1889, captura los prejuicios y las actitudes racistas de la sociedad contra los inmigrantes, así como las actitud social explícita contra las mujeres envalentonadas. Los italianos eran considerados “una ola de mugre marrón” que invadía el país en la costa oriental del país, y era poco probable que la mayoría de las mujeres, consagradas o no, fueran tomadas en serio en ese medio.

La película excelentemente retrata a Cabrini superando una infinidad de obstáculos personales, raciales y logísticos en un contexto en el que sus adversarios le dicen repetidamente: "¡Tú no perteneces a aquí!" Primero experimenta una sensación de desplazamiento personal con dos experiencias cercanas a la muerte cuando era niña (un nacimiento prematuro y una experiencia de ahogamiento) y más tarde, como adulta joven, cuando cinco comunidades religiosas rechazan su solicitud debido a su mala salud crónica. Incluso el Vaticano la criticó más tarde por insistir en servir en Estados Unidos, una misión extranjera en ese momento. También la criticaron por ser tan franca. Una vez que finalmente llegó a Nueva York, la percibieron como otra inmigrante italiana no deseada y le decían: "¡Aquí no perteneces!" o "¡Regrésate de donde vienes!"

El espíritu emprendedor y la fuerza de Cabrini, que le permitieron construir lo que ella llama “un imperio de esperanza” a través de una red de orfanatos y escuelas, también brillan en la película. Rutinariamente confrontaba a las autoridades religiosas y seculares con un espíritu de fuerza y ​​determinación. También mostró obediencia a lo que creía que era el llamado de Dios, incluso después de agotar todos los medios terrenales posibles a su disposición. A pesar de todo, ella es fiel a su misión, como ella dice: “Podemos servir a nuestra debilidad o podemos servir a nuestro propósito.” Esta disposición finalmente obtuvo el apoyo del Papa y del Obispo de Nueva York.

Cabrini no es retratada como piadosa y la película no muestra su vocación religiosa. Se la representa como frágil pero inteligente, pobre pero ingeniosa, audaz pero obediente e imparable a quien se le ha encomendado una misión. Hay muy pocos momentos, en su mayoría abstractos, que se centran en su vida de oración en los que recibe la fuerza para seguir su misión. La película enfatiza su impulso e insistencia en nunca darse por vencida en lo que el Espíritu Santo la ha llamado a hacer. Sin embargo, su relación con Dios sólo se muestra implícitamente. Se le retrata como una mujer empoderada con una visión de un mundo donde las personas que viven en la pobreza reciben atención y los inmigrantes tienen la misma dignidad y oportunidades en la sociedad.

Hay diálogos rotundos en la película. Cabrini anima a sus hermanas, quienes están en su misma misión, a aceptar las circunstancias y “a enfrentar sus miedos y liderar,” demostrando así que “todo lo pueden con el poder de Cristo.” En un momento, la Madre Cabrini explica exactamente cómo las hermanas y los voluntarios enseñan a los niños huérfanos: “Leen en inglés para aprender a estar en Estados Unidos y a amarlo, pero cantan en italiano para no olvidar el amor por su país de origen.”

A lo largo de la película, y para el espectador, la futura santa, Madre Cabrini, enfatiza la dignidad de todos, incluidos los inmigrantes, y visualiza una sociedad donde “los inmigrantes (italianos) no sólo son necesarios para limpiar los baños, sino también parte del Senado” y otros sectores importantes de la sociedad. Estos diálogos resuenan fuertemente con la realidad actual y la lucha de muchos inmigrantes y refugiados, lo que añade una sensación resonante de la relevancia de la película para la audiencia actual. “Cabrini” es una película poderosa que muestra cómo la justicia social es una fuerza impulsora detrás de la Iglesia y sus instituciones, qué tan lejos aún nos queda por llegar y cómo las figuras del pasado, como una monja italiana que emigró a los Estados Unidos en el siglo XIX pueden cambiar la vida de toda una población, un país, y una Iglesia.

 

La hermana Ellen Hess trabaja como delegada episcopal para religiosos y religiosas de la Diócesis de San José. Es miembro de la Comunidad Verbum Dei. También le encanta leer, andar en bicicleta y cocinar. También podrás encontrarla jugando y paseando a Merlín, el travieso beagle de su comunidad religiosa.