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 | Por El Padre Gerald Nwafor

Una Perspectiva Pastoral: Usar el Humor desde el Púlpito Para Inspirar Generosidad Durante el Llamado Anual Diocesano

Cuando comenzó el Llamado Anual Diocesano (ADA por sus siglas en inglés) este año, visité algunas parroquias para aprender cómo reforzar mi propio llamado pastoral personal y me sorprendió gratamente encontrar cómo se usaba el humor y la creatividad para alentar a los feligreses a contribuir al éxito de la diócesis y la parroquia local. Era un ángulo que no había considerado antes.

En una de las parroquias, el párroco contó esta historia: Un sacerdote estaba de visita en una nueva comunidad y quería enviar una carta a su familia para informarles que había llegado sano y salvo. En el camino a enviar su carta, se encontró con niño y le preguntó cómo llegar a la oficina de correos. Para agradecer la amabilidad del niño, lo invitó a misa diciendo: “Así como tú me ayudaste a encontrar la oficina de correos, yo ayudo a la gente a encontrar el camino al cielo.”  El niño pareció un poco sorprendido y dijo: “¿Cómo? ¡Cuando ni siquiera sabes cómo llegar a una oficina de correos!” Ante esto, la congregación, que había estado escuchando atentamente a la historia del sacerdote, ¡se rió! Pero recibieron el mensaje deseado: se invitó a todos a llenar sus sobres ADA y enviarlos a la parroquia directamente o a través de la oficina de correos.

En la segunda parroquia que visité, escuché este cuento divertido: Una vez, un billete de 100 dólares chocó con su amigo, un billete de 20 dólares, en la tienda de comestibles. El billete de 100 dólares se sorprendió al ver lo viejo y destrozado que parecía el billete de 20 dólares. Preguntó qué le había pasado y el billete de 20 dólares respondió que había estado por todos lados: iglesias, escuelas, Walmart y, en algunos casos, en los bolsillos de los niños. En respuesta, el crujiente billete de 100 dólares decía: "¡Qué lástima, muy poco salgo de los bancos y las billeteras de los ricos!" Luego, el facilitador del ADA invitó a la congregación a sacar a pasear sus billetes de 100 dólares y a mantener guardados los billetes de 1 dólar sobrecargados, para evitar que parecieran demasiado viejos y destrozados. ¡La congregación se rió!

Aunque pedir dinero es algo serio, necesitamos un poco sentido del humor, especialmente cuando debemos despertar la generosidad en las personas que pueden y están dispuestas a donar dinero en cualquier cantidad. Las historias y anécdotas que se alinean con los objetivos de la ADA son, de hecho, una forma apropiada de presentar la “pregunta.” De hecho, añadir un poco de humor a la urgencia puede ser la fórmula adecuada para inspirar generosidad. Desde una perspectiva pastoral, mis visitas parroquiales me ayudaron a prepararme mejor para dar mi discurso a mi comunidad y ayudarnos a actualizar la meta ADA de mi parroquia, San Justino.

No siempre es fácil pedir dinero, pero es necesario, y el ADA es un evento anual que ayuda a la diócesis a seguir adelante, ya que el llamado ayuda con varios ministerios, alivia los efectos de la pobreza y apoya programas que brindan beneficios tangibles a las personas sin hogar y a los indigentes. El Obispo no puede hacerlo todo solo. El ADA nos muestra que ayudar a los más vulnerables de nuestra familia humana es un desafío, pero con un poco de humor para inspirar generosidad, podemos salir victoriosos y alcanzar nuestras metas.

El padre Gerald Nwafor es el párroco de San Justino Mártir en Santa Clara.