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Por El Padre Angelbert Chikere, Director de Vida, Justicia, y Paz |  Fall 2023

Un Resumen de los Siete Temas de la Enseñanza Social Católica

En un mundo lleno de ideas y opiniones cada vez más polarizadas social, política y económicamente, la Iglesia busca orientación en su larga tradición de fe para responder a nuestro mundo profundamente dividido. Inspirándose en la bendición de despedida en la Misa, “Vayamos en paz, glorificando al Señor con nuestras vidas,” la Iglesia revela lo que a menudo se llama su secreto mejor guardado: la Enseñanza Social Católica (ESC).

 

Vida y Dignidad de la Persona Humana

La vida y la dignidad humana son la base sobre la que se construyen todos los demás temas. La vida es sagrada y el derecho a la vida es inalienable. Cada persona es preciosa y esta fundación explica por qué estamos llamados a promover la cultura de la vida. “Por eso, toda amenaza a la dignidad y a la vida del hombre repercute en el corazón mismo de la Iglesia.” San Juan Pablo II (Evangelium Vitae, 3.)

Cuidar la Creación de Dios

Estamos llamados a ser administradores responsables de nuestro hogar, como nos recuerda el difunto Papa Emérito Benedicto XVI: “En nuestra tierra hay lugar para todos… Pero debemos considerar un deber muy grave el dejar la tierra a las nuevas generaciones en un estado en el que puedan habitarla dignamente y seguir cultivándola. (Cáritas in Veritate, 50.)

Derechos y Responsabilidad

Cada individuo posee derechos fundamentales, especialmente el derecho a la vida, y debe disponer de los medios para su desarrollo. Elementos básicos como alimentación, ropa, vivienda, descanso, atención médica, etc. garantizan toda la dignidad humana. Somos responsables de trabajar por estos medios para los demás, para nosotros mismos, y por el derecho universal a ellos. “Por tanto, quienes, al reivindicar sus derechos, olvidan por completo sus deberes o no les dan la importancia debida, se asemejan a los que derriban con una mano lo que con la otra construyen.” San Juan XXIII (Pacem in Terris, 30.)

Llamado a la Familia, la Comunidad, y la Participación

Al ser inherentemente sociales, vivimos y cuidamos unos a otros en comunidad, comenzando con nuestra familia. Estamos obligados a ayudar formar y participar en nuestra sociedad de una manera que afirma la dignidad de todos. Como enseña San Juan Pablo II, la familia cristiana “se pone al servicio del hombre y del mundo… [para] formar los hombres al amor y practicar el amor en toda relación humana con los demás, de tal modo que ella no se encierre en sí misma, sino que permanezca abierta a la comunidad, inspirándose en un sentido de justicia y de solicitud hacia los otros, consciente de la propia responsabilidad hacia toda la sociedad.” (Familiaris Consortio, 64.)

Solidaridad

Los católicos estamos llamados a amar continuamente a nuestro prójimo, viéndonos a nosotros mismos en ellos y a estar dispuestos a sufrir con ellos, independientemente de la raza, etnia, nacionalidad o credo de cualquier persona. Siempre estamos llamados a caminar con ellos. “La solidaridad… no es, pues, un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas…es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos.” San Juan Pablo II (Sollicitudo Rei Socialis, 38.)

Dignidad del Trabajo y Derechos de los Trabajadores

El trabajo debe entenderse como un don para participar en la creación de Dios, y tenemos derecho a participar en ese don. El trabajo existe para las personas y no las personas para el trabajo. En muchos casos, la pobreza es el resultado de una violación de la dignidad del trabajo humano, ya sea porque las oportunidades de empleo son limitadas o porque se explota a los seres humanos, “porque se devalúan ‘los derechos que fluyen del mismo, especialmente el derecho al justo salario, a la seguridad de la persona del trabajador y de su familia.’” Papa Benedicto XVI (Caritas in Veritate, 63.)

Opciones Para los Pobres y Vulnerables

En una sociedad marcada por una división cada vez más profunda entre pobres y ricos, nuestra tradición católica nos llama a priorizar la atención a los pobres y marginados como lo hizo Jesús. Esto consiste en ofrecerles una mano, en lugar de una limosna, mientras hacemos preguntas más profundas: ¿Por qué estas personas son pobres? ¿Cuáles son las razones sistémicas que podemos abordar como Iglesia y sociedad? El Santo Padre Francisco nos recuerda constantemente que “el amor a los pobres está al centro del Evangelio.” (Discurso en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares, 28 de octubre de 2014.)

Estos siete temas de la Enseñanza Social Católica continúan a guiar nuestra Iglesia. El mensaje nutritivo de la Iglesia, que es siempre antiguo y siempre nuevo, sigue siendo relevante a pesar de los tiempos cambiantes. Que todos abracemos el llamado a trabajar por soluciones que respetan la dignidad humana y fomentan la solidaridad a través de su misión terrenal y a imitación de Cristo.


Basado en “Los Siete Temas de la Enseñanza Social Católica,” United States Conference of Catholic Bishops. USCCB.org.