“Estaba en la Cárcel y Vinieron a Mí”
Una Reflexión Por Jeff Jacobs del Ministerio Kairos
Una Reflexión Por Jeff Jacobs del Ministerio Kairos
Estoy en medio del patio Charlie en la prisión estatal de Salinas Valley, y no puedo evitar preguntarme cómo una pelota de baloncesto quedó atrapada en el alambre de púas situado sobre las paredes de cemento de 12 pies. El alambre rizado y con púas me recuerda al espumillón navideño. Encima, guardias y francotiradores nos vigilan.
Estoy en medio del patio Charlie en la prisión estatal de Salinas Valley, y no puedo evitar preguntarme cómo una pelota de baloncesto quedó atrapada en el alambre de púas situado sobre las paredes de cemento de 12 pies. El alambre rizado y con púas me recuerda al espumillón navideño. Encima, guardias y francotiradores nos vigilan.
Una abundancia de tiempo
Soy voluntario desde hace mucho tiempo en el Ministerio Penitenciario de Kairos. La palabra griega Kairos se refiere a cómo medimos la calidad de nuestro tiempo. Se utiliza a menudo en la espiritualidad católica para referirse al “tiempo de Dios.” Kairos es distinto de Chronos, que representa la cantidad de tiempo que estos hombres tienen en abundancia. Los ministros de Kairos buscan llenar su Chronos con el amoroso Kairos de Cristo. Nuestro ministerio está inspirado en el pasaje de las Escrituras “Estaba… en la cárcel, y vinieron a Mí” (Mt 25:36 NBLA). Somos una iniciativa ecuménica dirigida por laicos y presente en más de 475 prisiones en nueve países. Durante nuestras visitas, mientras tratamos de compartir el amor transformador y el perdón de Cristo con los encarcelados, el ministerio en sí es personalmente transformador. Cada vez estoy más seguro que nadie se define ni por su mayor logro ni por su peor transgresión.
No puedes dar más que Dios
Un dicho popular aquí es: “No puedes dar más que Dios.” Las visitas Kairos se enriquecen cuando los hombres se abren y comparten cómo es la vida detrás de los muros de la prisión. Discutimos temas que van desde el racismo y el clasismo hasta la familia, las relaciones, la vida de pandillas e incluso disturbios en la prisión. Respecto a este último tema, siempre están conscientes de la realidad de la violencia entre los presos, que podría estallar en cualquier momento. Como compartió un hombre una vez: “Un motín puede estallar en cualquier momento. Cuando eso sucede, estás en el centro con balas volando y cuchillos en la mano.” Luego nos aseguró: “Si surge algo, no se preocupen. Nosotros los respaldamos.” Y estoy seguro de que es verdad.
Inspiración y desafíos
Inicialmente, la curiosidad me llevó a Kairos, y ahora este ministerio es una palanca de gratitud, que me ayuda a reconocer constantemente las bendiciones en mi vida. De vez en cuando me desafían pensamientos de que no tengo nada que ofrecerles, ya que nuestras experiencias de vida son muy diferentes. Pero estas diferencias nos ayudan a ministrarnos unos a otros, y los “hombres de azul”, como los llamamos, nos brindan tanta comprensión espiritual como nosotros les ofrecemos.
“Mantenlos a salvo.”
As we conclude our day’s visit and the men make their way back to their cells, I find myself whispering a simple prayer under my breath, “Please keep them safe.” Making our way out through Charlie yard, my eyes drift once again to the basketball in the barbed wire. Not unlike my temptation to ask each “man in blue” how he got here, I curiously wonder how the basketball got ensnared atop the 12-foot wall. It is a good reminder that the point isn’t how we got to this place but what we make of God’s time while we are here.
Al concluir la visita del día y mientras los hombres regresan a sus celdas, me encuentro susurrando una simple oración en voz baja: “Por favor, mantenlos a salvo.” Atravesando el patio de Charlie, mis ojos se desvían una vez más hacia la pelota de baloncesto en el alambre de púas. Parecido a mi tentación de preguntarle a cada “hombre de azul” cómo ellos llegaron hasta aquí, me pregunto con curiosidad cómo quedó atrapada la pelota de baloncesto encima de la pared de 12 pies. Es un buen recordatorio de que el punto no es cómo llegamos a este lugar sino qué hacemos con el tiempo de Dios mientras estamos aquí.
Jeff Jacobs es un coach ejecutivo y facilitador que forma parte de dos juntas directivas sin fines de lucro y estudia la compasión y la atención. Está escribiendo su primer libro, Still Coming of Age. Jeff y su esposa, Irene, han estado casados durante 32 años, tienen dos hijos adultos y asisten a misa en la iglesia St. Christopher en San José.
Hay una variedad de formas de apoyar al Ministerio Penitenciario Kairos. Para obtener más información, visite www.kairosofcalifornia.org.