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 | Por Cynthia Kaan

¿Qué pasa si estás poniendo todo tu esfuerzo en una amistad?

Es una bendición tener amigos a nuestro lado mientras caminamos en este viaje terrenal. Pero ¿qué hacemos si sentimos que estamos haciendo todo el trabajo en la amistad y nuestro amigo no está haciendo nada? Es útil comenzar con una mentalidad que incorpore lo siguiente:

 

Reconocimiento.

La vida es una serie de estaciones. Es posible que tengas más para dar durante esta etapa, pero también es posible que en seis meses seas tú quien tenga obligaciones que te quiten tiempo con tus amigos. Reconocer que tú y tu amigo simplemente pueden estar en estaciones diferentes es un buen inicio.

Gracia a través de la oración.

Pídele a Dios que bendiga a tu amigo y tu relación con este. Ora por la gracia de ver cuál es tu papel en su vida y la gracia de evitar el sentimiento de amargura.

Aceptación.

Acepta que puedes estar destinado a amar a tu amigo desde la distancia, durante un tiempo. En Juan 15:12, Jesús dice: “Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado”. Así como Dios continúa amándonos cuando nos distanciamos de él, continúa manteniendo cerca a tu amigo en oración.

Confianza.

A través del profeta Jeremías, el Señor dice: “Porque yo conozco muy bien los planes que tengo proyectados sobre ustedes”. (29:11) No vemos el tapiz completo de nuestras vidas como lo está tejiendo nuestro Padre. Confía en que Su plan para nosotros es mejor de lo que podríamos imaginar y en que se preocupa por nosotros y nuestras relaciones.

Dios conoce los deseos de nuestro corazón y se afana por satisfacerlos. Si un amigo voluble e inconstante está causando angustia, Dios proporcionará dirección, compañerismo y paz en el momento perfecto.