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 | Irma Alarcon de Rangel

El Camino Hacia el 2031: Formación

Reflexión de la Comisionada Irma G. Alarcón de Rangel, Directora Diocesana de la Oficina de Formación de Discipulado y del Instituto de Liderazgo Ministerial

 

¿Cuáles eran sus expectativas al iniciar el proceso de planificación pastoral y cómo cambiaron durante la colaboración con otros comisionados?

La formación a través de la diócesis requiere algunos cambios. Desde que fui catequista hace mucho tiempo, nuestro enfoque parecía estar únicamente en la formación de los niños. Siempre he abogado por la formación de los padres. Después de ver el nuevo plan pastoral, estoy más convencida e increíblemente emocionada de que estamos en un momento privilegiado donde esos cambios son posibles y alcanzables. Esto tendrá un impacto inmediato en la relevancia de la Iglesia hoy.

¿Cómo la ha transformado personal y espiritualmente trabajar en el plan pastoral?

El proceso del plan pastoral fue intenso en el sentido de que todos queríamos hacer el mejor trabajo posible y, al mismo tiempo, nos sentíamos responsables de crear un plan que reflejara plenamente las respuestas de los participantes (miles de personas participaron en el sínodo, y cientos de delegados se unieron a la asamblea general en enero de 2023). Experimentar el entusiasmo y la dedicación de los comisionados fue inspirante. Vimos al Espíritu Santo obrar mientras desarrollábamos el contenido del plan pastoral y experimentamos que compartíamos la misma visión. Finalmente, cuando revelamos el plan pastoral, fue profundamente alentador.

Si tuviera que elegir una o dos palabras que resumieran su experiencia como comisionada del plan pastoral, ¿cuáles serían y por qué?

Valentía y ambición. Me sentí llamada a ser valiente y realmente creer que lo que estábamos haciendo afectaría a las personas directamente para que tuvieran muchas oportunidades de acercarse a Dios y persistir en el camino a través de los desafíos. También necesitábamos ambición para imaginar un futuro mejor para la próxima generación de creyentes que experimentarán un nuevo tipo de evangelización al implementar el plan. Eso fue lo más importante para mí personalmente.

¿Qué faceta de la prioridad de Formación y del plan de acción la entusiasma más?

Los cuatro objetivos del plan estratégico de “Formación”: oración, iniciación, crecimiento espiritual y educación son aspectos importantes de la formación de la persona como discípulo. Veo la conexión al plan estratégico “Familia”; todos los objetivos se superponen. La familia, que es la primera “escuela de formación,” es fundamental para formar discípulos. Por lo tanto, los objetivos de enriquecer los procesos catequéticos y de RICA y buscar la excelencia en los estándares implementados en las parroquias unificarán la forma en que la diócesis desarrolla y forma a las personas.

¿Cuál aspecto del plan pastoral de Formación cree que será el cambio más significativo que podemos esperar?

El cambio más significativo será el enfoque en la formación de adultos. Muchas personas están alejadas de la Iglesia porque no fueron formadas en su fe. Con el plan, habrá más retiros y oportunidades parroquiales para que los adultos, incluidos los padres de niños en formación catequética, aprendan sobre Cristo. Esto ayudará con el desarrollo y apoyo de nuestras comunidades para que los adultos experimenten su fe plenamente por primera vez.

¿Puede comentar sobre los desafíos que enfrentamos como diócesis al implementar el plan de acción para la Formación?

Todos somos parte de la solución y debemos ser conscientes de que nuestra participación es crucial. El mayor desafío, entonces, es lograr que nos responsabilicemos, trabajemos y avancemos en la dirección a la que nos lleven estos cambios. Oremos todos por el valor de enfrentar el cambio y trabajar para apoyar estos cambios.

¿Qué la inspiró y guió a usted o a su equipo al discernir el plan? ¿O hubo una enseñanza de la iglesia, una figura religiosa o un evento mundial que usted sintió que guió su discernimiento?

Personalmente, me inspiran el Sagrado Corazón de Jesús, lleno de misericordia, compasión y amor, así como Nuestra Señora de Guadalupe. El modelo de evangelización de Nuestra Señora, en cómo formó a San Juan Diego y lo eligió y transformó en su mensajero, son una gran inspiración.

Tiene una larga trayectoria trabajando en formación y en el Instituto de Liderazgo Ministerial (ILM), pero ¿cómo creció su comprensión de la Formación después de trabajar en el plan pastoral para la diócesis?

Durante la asamblea general, me di cuenta de que muchos delegados eran graduados del ILM o estudiantes actuales, lo que afirma profundamente el poder de la formación. Además, trabajar en el plan pastoral me dio una apreciación más profunda de la importancia de tener líderes bien equipados, como los formados en el ILM, para las próximas oportunidades de formación. Ellos son la fuerza laboral que hará realidad el plan pastoral.

¿Desea compartir algo más sobre el plan pastoral en general?

El plan pastoral busca mejorar muchos aspectos actuales de la Iglesia, y si todos apoyamos y trabajamos en sus objetivos, podremos lograr la renovación de la iglesia. Una iglesia que llega a todos y sostiene nuestra fe y la fe de las nuevas generaciones. ¡Oremos todos por su éxito y participemos en su implementación!