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 | Por Marissa Nichols

Anima Cara: Amigo del Alma

En Conversación con Monseñor Dan Whelton

“PJ siempre fue puntual; siempre llegaba a tiempo. Yo era todo lo contrario: siempre llegaba tarde.” Con un suave acento irlandés, Monseñor Dan Whelton, amigo de toda la vida del difunto Obispo Emérito Patrick Joseph (PJ) McGrath, explicó por teléfono cómo la puntualidad figuraba en los planes funerarios tanto para él como para PJ. "Solía decir: 'PJ, si muero antes que tú, tienes que presidir mi funeral.' PJ accedió a hacerlo, pero agregó: 'Me aseguraré de comenzar la misa cinco minutos tarde y abrir diciendo: ' Les doy la bienvenida a todos mientras nos reunimos para recordar al difunto e impuntual Padre Whelton.'”

Tras el fallecimiento de PJ a principios de mayo de este año, Mons. Dan Whelton cumplió su promesa de presidir la misa fúnebre de su amigo puntual. Durante su homilía, describió a PJ con un término que se usa en Irlanda: anima cara, literalmente "amigo del alma." PJ era esto para Dan, alguien que era “genuino y sincero en su amistad,” alguien con quien Dan también compartía un gran sentido del humor. "PJ decía: 'Me extrañarás cuando me vaya,' y yo decía: 'Bueno, eso es lo que piensas.'"  Después de esta risita, Dan reconoció: "Me resulta difícil creer que se haya ido, pero sé que las cosas suceden a la voluntad de Dios y en el tiempo de Dios.”

Días en el Seminario

Monseñor Dan y PJ se conocieron en 1964 cuando ambos amigos ingresaron al seminario en Irlanda. Desde el principio, Dan recuerda que PJ era una persona en la que se podía confiar. “Era un líder, siempre racional y justo. Si tenías un problema, él te escuchaba y lo reflexionaba junto contigo.” PJ también era, según Dan, el estudiante más inteligente de su clase, que ganaba premios académicos todos los años. Dan también atestiguó cómo la fe de PJ fue informada por su intelecto. “PJ cuestionó todo durante y después del seminario. La fe debía tener sentido para su mente lógica y clínica. Esto no era una falta de Fe, más bien era un esfuerzo por conocer al 'Jesús de la Fe' en su propia vida.” La amistad de PJ con Jesús, combinada con el momento de los documentos del Concilio Vaticano II, invariablemente tuvieron un efecto en el ministerio de PJ comenzando desde el seminario. Durante su formación sacerdotal, PJ promovió la colaboración, tal como lo animó el Concilio. “En el seminario, PJ fue elegido representante de nuestra clase y tuvimos esa interacción colaborativa con la facultad.” Estos son solo algunos de los primeros ejemplos, según Dan, de cómo PJ fue considerado por muchos como "material episcopal," lo que sucedió cuando PJ empleó una estrategia de colaboración en sus asignaciones como sacerdote, obispo auxiliar de San Francisco, y finalmente como Obispo de San José.

Un Profundo Amor y Respeto Para Todos

Después de que ambos amigos fueran ordenados al sacerdocio en Irlanda en 1970, fueron asignados al norte de California. El reunirse para cenar o ver una película, así como celebrar las festividades principales, se convirtió en una costumbre habitual. Monseñor Dan compartió que normalmente se reunían en San José porque el Obispo McGrath disfrutaba recibir visitas. “Sé que se sentía muy honrado de ser el Obispo de la Diócesis de San José. En nuestras conversaciones, tenía un gran respeto y amor por el clero, los religiosos y los laicos.” Monseñor Dan fue testigo de cómo PJ hacía todo lo posible por ser hospitalario con los padres de los sacerdotes. “Los hacía sentir importantes. Les agradecía que les dieran la Iglesia a sus hijos.”  Dan recordó a una madre en particular a quien conoció en la casa de PJ durante un almuerzo. “Recuerdo que la madre de un sacerdote no era católica. ¡Pero esa madre amaba a PJ! La recuerdo inclinándose y diciéndole a su hijo: “¡Sé bueno con este obispo!” Monseñor Dan también compartió que las madres tenían un lugar especial en el corazón de su querido amigo. “PJ alentaba a los jóvenes a ‘cuidar a su madre,’ porque los jóvenes deben darse cuenta de que sus madres también necesitan que las cuiden.”  El Obispo McGrath perdió a su propia madre, Eileen Gaule McGrath, en 1975 mientras estudiaba derecho canónico en Roma. A medida que su salud empeoraba, PJ volaba mensualmente desde Italia a Irlanda para visitarla. Dan solo conoció a Eileen durante diez años, pero descubrió que ella era la fuente del ingenio de PJ. “Era una dama hermosa y graciosa con un cálido sentido del humor; ahora sabes de dónde sacó PJ su sentido del humor.”

El Compromiso de PJ al Concilio Vaticano II

“PJ estaba comprometido con las enseñanzas del Concilio Vaticano II, especialmente con el compromiso de cultivar el papel de los laicos y la Liturgia Romana. Solía decirle: ‘Eres un sacerdote y obispo del Vaticano II,' y él decía: 'Hasta el fondo.'” Incluso antes de que los términos sínodo y sinodalidad se hicieran populares, el Obispo McGrath colaboró, consultó y escuchó intencionalmente a sus colegas, tal como lo había previsto el Concilio, “Como Obispo de San José, implementó un plan diocesano para que hombres y mujeres, jóvenes y adultos jóvenes por igual pudieran sentirse atraídos y comprometidos con su Iglesia. Creía firmemente que la Iglesia era todo el pueblo de Dios.” Monseñor Dan cree que el Obispo PJ brindaría su gran apoyo al sínodo actual en la Diócesis de San José. “PJ aceptaba de todo corazón el espíritu del Concilio Vaticano II y se esforzó por vivirlo invitando a la participación del clero, los religiosos y los laicos en la edificación de la Iglesia local.” En su homilía fúnebre, Mons. Dan se refirió que para nutrir a la Iglesia local significa confiar en el clero, los religiosos y los laicos, pero también, para PJ, significaba trabajar duro. “Él creía en ser un servidor. Él nunca te pedía que hicieras algo que no estuviera dispuesto a hacer él mismo.”

Anima Cara: Amigo de Alma

La palabra lealtad resume al Obispo PJ como amigo de Monseñor Whelton. “PJ nunca dio por seguro nuestra amistad y aprendí de él a nunca dar por seguro a un amigo.” Desde el fallecimiento de su amigo, Mons. Dan atestiguó que todavía siente una cercanía invisible con el Obispo PJ. “Solo sé que está aquí en espíritu. Él está en mi mente todo el tiempo.” Monseñor Dan se considera doblemente bendecido como testigo del ministerio de PJ y también como el mejor amigo de PJ. “PJ siempre estuvo conmigo en los momentos felices y difíciles de mi vida. Recorrimos juntos el camino de la vida, tal como dice su lema episcopal: ‘Juntos en Cristo.’” Para Mons. Dan y para todos los que lo conocieron, PJ encarnó el término anima cara, amigo del alma, en vida, tal como lo hace ahora, in memoria. “Honestamente puedo decir que PJ fue eso para mí. Era genuino y sincero en sus amistades, no solo conmigo sino también con su familia, con todos aquellos cuyas vidas tocó.”


Msgr Dan Whelton is a priest for the diocese of Santa Rosa.

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